lunes, 25 de mayo de 2009

PASSION TIES... (I)

Casualmente, A y yo íbamos a coincidir por trabajo en una misma ciudad, un mismo día. Y ese día estaba muy próximo.
Nos caíamos bien, gracias a nuestro intercambio de algunos mails, con risas, fantasías y confidencias. Un día me pidió una foto, y yo le di a ELEGIR entre verme o conocerme. Y él hizo la elección CORECTA: empezar a dominar su impaciencia.

Y esa noche nos vimos. Cenamos, tomamos vino, charlamos mucho y animadamente, y fuimos alargando la velada con un par de cócteles deliciosos, y luego con dos últimas copas más…


Charlamos con interés agotando hasta el ÚLTIMO minuto, hasta el momento inevitable de enfrentarse a la despedida. Momento en que yo me fui a mi casa y él hacia su hotel.

Era tarde. MUY tarde. Condenadamente bien entrada la madrugada. Y al día siguiente, me tocaba pelear una reunión. Pero yo no quería dormir. Su voz, sus confidencias, sus ganas, su disposición, sus miradas, su ilusión, su timidez a la hora de plantearlo… habían abierto una pequeña MELLA en mí, de algún modo. A, tenía muchas ganas de iniciar un camino… y deseaba más que nada en el mundo que fuese YO quien guiara sus primeros pasos. Y lo confieso: la sola visión de esa idea en mi mente, me arañaba el centro del placer en lo más profundo de las entrañas.




Por eso le envié el primer sms:
- “A… ¿duermes?”
-“No podría hacerlo aunque quisiera…” – fue su respuesta casi instantánea, lo cual me complació infinitamente.

Y así comenzó un largo juego de intercambio de sms CÓMPLICES, en los que yo le ordenaba cosas… y él respondía perfectamente como yo deseaba. Estaba claro que en nuestras mentes, ninguno de los dos daba la noche por terminada… pero vencer la pereza, el frío, el sueño, para acercarse físicamente… era una locura. Y más cuando sabíamos que nuestro primer encuentro, llegara cuando llegase, nos iba a emplear tiempo… no iba a ser precisamente un polvo y a dormir.

Pero Sabina comenzó a retumbar en mi cabeza…

“[…] de ti depende y de mi, que entre los dos siga siendo ayer noche u hoy por la mañana. Olvídate del reloj, nadie se ha muerto por ir sin dormir una vez, al currelo… ¿Por qué comerse un marrón, cuando la vida se luce, poniendo ante ti un caramelo?[…]

Así que decidí convertir las INFAMES 06:30h de la mañana, en un pedacito más aún de "mi ayer noche"... Y así se lo hice saber a A, de camino desde el taxi.

Entré con paso seguro en el hall y di las buenas noches, dejando recepción a mi derecha, tomando el pasillo hasta el ascensor... Habitación 327. De camino hacia ella, me entretuve haciendo RESONAR abiertamente mis tacones sobre el piso. La puerta estaba entornada… parece que A había hecho los deberes. No esperaba menos de él. Como esperaba que hubiese cumplido el resto de todas y cada una de mis EXIGENCIAS, entre ellas la de permanecer desnudo, despierto y pensando en todo lo que le había propuesto, pero sin tocarse en ningún momento. Su último sms, cargado de deseo, no dejaba lugar a dudas:

-“Así lo haré, Miss… Llevaba años sin estar tan excitado sólo con pensamientos”

Y sinceramente, me lo creía.


Cerré la puerta tras de mí.
Sólo una tenue luz sobre la cómoda rompía la oscuridad, pero desde la posición de su cama, él aún no podía verme. Me aproveché de ello para situarme estratégicamente. Avancé un par de pasos, lenta, CADENCIOSAMENTE, asegurándome de que él me oyera bien.

-“Cierra los ojos”- le ordené dulcemente.

Le oí contener la respiración.

-”¿Confías en mí…?”
-“ Sí…”
-“Si.. ¿QUÉ?” – le espeté bruscamente. No soporto la mala educación.
-“ Sí… Miss”
-“ Eso está mejor…” – asentí complacida.

Su respiración agitada me daba la clave de su tremenda excitación. Pero lo que él no sabía, era que ni siquiera toda esa intensidad podría compararse con mi excitación en ese instante, en que A, conscientemente me CEDÍA su deseo para hacer mi voluntad.

Saqué de mi bolso la cinta negra de terciopelo de seda, y me acerqué a vendarle los ojos. Nos habíamos despedido apenas 3 horas antes como amigos… para reencontrarnos sin haberlo previsto, -aunque sí haberlo deseado secretamente-, como AMA y servidor.

Y a partir de ahí, sin saber cómo, el tiempo se DETUVO como en otra dimensión. La tensión sexual inundaba el espacio que compartíamos, y yo estudiaba cada paso, cada roce, cada sonido, para convertirlo en laaargo, leeento… infinitamente lento. Como quien intenta cincelar en el alma, el fuego de unos pensamientos, a golpe CERTERO de pasión.

Y así fue cómo A se enfrentó por primera vez cara a cara con su propio monstruo interior, rompiendo sus barreras y abandonándose ciegamente a mi merced… para llegar a descubrir, emocionado, que su único y verdadero deseo a partir de ese momento, no sería otro que llegar a COMPLACERME...

viernes, 22 de mayo de 2009

SHIBARI

Recuerdo que a raíz de mi post “HAY DÍAS…” mucha gente me escribió preguntándome e interesándose por el arte del bondage. Yo, como amante apasionada que soy del shibari, intenté humildemente explicarles y transmitirles, mi particular visión y pasión por las cuerdas.

Y por eso hoy, a modo de breve introducción antes de publicar otro post referente a ese tema que me fascina, deseaba haceros extensiva a todos esa explicación. Pero esta vez, no lo haré con palabras mías, sino con OTRAS, que no podrían describir mejor todo lo que a mí me hace sentir personalmente, y que de algún modo, dan fé de que el SHIBARI es un arte que nos transporta a un estado especial, no sólo a mí, sino a tantas otras personas.

Por eso, antes que nada, dejadme darle públicamente las gracias a Alberto, de http://www.apassionplay.com/, por darme permiso para hacer mías por un fugaz instante, las bellas palabras que aparecen en dicha web.

[….]
Si la sensualidad del arte de las cuerdas nos atrae, acerquémonos a el con humildad, con pasión y con dedicación. Todo el esfuerzo que empeñemos en ello nos será devuelto con creces.

¿Cómo empezar?, ¿cómo encontrar las cuerdas adecuadas?, ¿qué precauciones se han de tomar para evitar los peligros de unas manos inexpertas?, ¿que actitud debe ser la de el/la atador/a? ¿que actitud debe ser la de el/la atada/o?, y sobre todo, ¿cómo evitar perderse en el camino para no caer en la vulgaridad de los que creen que ya saben todo y que cualquier manojo de cuerdas alrededor de un cuerpo es shibari?

Cuántas veces hemos visto la confusión de ver el shibari como un trabajo para marineros... cuántas veces hemos visto la confusión del shibari visto como un acto de humillación... cuántas veces hemos visto el shibari como una herramienta de puro morbo sexual...

El shibari, tal como nosotros lo entendemos, es un acto de intimidad profunda, de concentración a veces hasta el trance, un acto de confianza y entrega total entre personas que crean en colaboración un momento de magia, pasión y arte.

El aura que en el acto se crea une a atado/a y al atador/a como si un lazo invisible, compuesto de confianza, de sabores, de sensaciones, brillos únicos y preciados, se fortaleciera en cada centímetro de la piel que recorre la cuerda, marcando su camino

Compartir esos momentos genera una sensación única entre todos los participantes, una excitación de los sentidos, de las emociones, en cada persona presente ante la aparición del hilo que embarga mente y piel, que transporta a lugares y tiempos lejanos, exponiendo la tradición, y permitiéndonos contemplar facetas diferentes de una misma joya, compartida por todos aquéllos que sienten la pasión del shibari.

(apassionplay.com es un contenedor de ideas y proyectos de y para quienes se interesan por el bondage de cuerdas tradicional japonés: el shibari, su práctica sana segura y consensuada y su difusion y promoción en forma de actividades e iniciativas sin ánimo de lucro)
Para todos los amantes de este arte.
Brindo por la cuerda invisible que de algún modo nos une.