sábado, 31 de enero de 2009

EL COLUMPIO

Sin duda todos, de niños, hemos vivido una excitante experiencia en común: las interminables tardes subidos en los COLUMPIOS.
Al principio, era tu madre quien te sentaba sobre ellos, obligándote a AGARRARTE bien a las cadenas, y ordenándote que NO las soltaras bajo ningún concepto, o acabarías cayéndote. Sólo así empezaba ella a EMPUJARTE por la espalda, con delicadeza, y comenzaba el delicioso JUEGO de mecerte en el aire desafiando al vacío. Luego, tú debías aprender a MOVER las piernas de una forma sincronizada hacia adelante y hacia atrás, si querías llegar a recrear el movimiento… y te REBELABAS ante tu madre, diciéndole que no te empujase ya más, que podías y querías hacerlo TÚ SOLO. Y aunque al principio lo conseguías con una TORPEZA enternecedora, poco a poco ibas cogiéndole el truco a las idas y venidas. Y supiste que el duro aprendizaje había valido la pena, cuando experimentaste aquel increíble placer de sentir VOLAR tu cuerpo, primero hacia adelante, luego hacia atrás, buscando llegar siempre arriba, mucho más ARRIBA
Y así es como entonces pasabas un DÍA fantástico en el parque, al que siempre estabas deseando volver.


Pero luego creciste, te hiciste MAYOR, y como siempre la vida te enseña que las cosas no son exactamente iguales que en tu infancia… ni los columpios TAMPOCO. Y paradójicamente, como miles de otros mitos que aprendes de niño, te percatas que la lección que tanto te costó aprender en su día, realmente ya no te sirve, porque ahora...

Ahora, en lugar del placer de columpiarte tú SOLO, lo que buscas y deseas es que haya alguien a tu lado que te EMPUJE... y no precisamente tu madre, sino alguno de tus amantes, quien se coloca ya no detras de ti, sino delante, para empezar a MECERTE con fuerza en el aire una y otra vez, volviendo a desafiar al vacío, como en aquellos tiempos… ¡¡Y claro que puedes SOLTAR las manos de las cadenas!! De hecho, no dudas en hacerlo para así poder agarrar con toda libertad algo más INTERESANTE… como una buena polla bien erguida con cada mano, por ejemplo. Y desde luego, no por ello acabarás cayéndote, porque mientras tu amante te provoca ese hipnótico VAIVÉN, adelante, atrás, adelante... tú sientes perfectamente cómo te SUJETA, por tu cadera, por tus muslos, por tu culo, PENETRÁNDOTE con su miembro empalmadísimo, que no para de entrar y salir, una y otra vez, empujando sobre tu coño totalmente resbaladizo, ANSIOSO y entregado.

Y entonces, GRITAS... gritas LIBREMENTE y cerrando los ojos, como cuando eras niña, porque vuelve a ti el único RECUERDO útil y veraz de aquel tiempo, en que como ahora, el PLACER máximo residía siempre en subir a lo más alto, en conseguir llegar ARRIBA, cada vez MÁS y más arriba… aunque para ello no necesites ya mover tus piernas, ATENAZADAS con sendos grilletes de cuero en los tobillos.

Ahora ya no es SÓLO tu cuerpo el que sientes que vuela, sino también tus PENSAMIENTOS, lascivos, morbosos, calientes, desbocados… al igual que tu cuello, tus tetas, tu vientre y el resto de tu cuerpo, DISPONIBLE para todas esas manos ANÓNIMAS que en la oscuridad te acarician, te recorren, te manosean impúdicamente… al igual que tu SEXO, abierto, empapado, goloso… y a merced de TODOS aquellos cuyos dedos y pollas quieran follárselo sin compasión.


Y así es como pasas una NOCHE fantástica, ahora, en un cuarto oscuro… en un COLUMPIO, al que como entonces, estás siempre deseando volver.


Para ti, C.
Porque me encantó poder columpiarme contigo.

lunes, 5 de enero de 2009

UN DOMINGO CUALQUIERA

Acabo de llegar a casa después de haber tomado un café con mis amigas y serán ya como las 7 y pico de esta tarde de DOMINGO, invernal y perezosa como otra cualquiera. Al entrar, veo de reojo a M repantingado en el sofá del salón, viendo el FUTBOL y lanzándole sugerencias a un jugador a través de la pantalla, que me temo no van a ser de mucha utilidad.
-"¿Qué tal ese partido, cariño?" - me acerco y le beso dulcemente

-"Pues lento y aburrido como pocos… y encima, ¡¡es que están jugando fatal, joder…!!”

Sonrío ante su RABIETA infantil dominguera, mientras me dirijo a la habitación para cambiarme y ponerme esa ropa tan cómoda y ANTISEXY, a partes iguales, que todas llevamos para estar por casa. ¡Fuera camisa entallada… sujetador de encaje… las botas de irresistibles taconazos… y finalmente, los vaqueros ajustados! ¡Estoy en mi casa y reivindico mis calcetines gordos de andar por el parqué, mi camiseta ancha de algodón y mi comodísimo pantalón de punto…! Y me da igual si combinan entre sí o no… es noche de domingo, basta de GLAMOUR por hoy.

Vuelvo al salón con M, quien sigue pegado a la tele, con mayor dosis de entusiasmo desde que metieron el último gol. Me siento en la alfombra a REMOLONEAR un rato, tras un día agotador, apoyando mis manos y mi cabeza sobre sus rodillas. M, instintivamente, comienza como siempre a acariciarme el pelo, mientras sigue soltando algún que otro “¡¡¡Uyyyy…!!!” de vez en cuando.

Yo cierro los ojos. Lo que pretendo es ABSTRAERME totalmente del entorno, de la narración estridente del comentarista, del juego de luces y sombras que emite la pantalla… Lo ÚNICO en lo que deseo realmente concentrarme ahora mismo, es los dedos de M enredando en mi pelo, masajeándome suavemente, y en el delicado PLACER que ello me produce. Quizás por eso, acabo meciéndome lentamente sobre las rodillas de mi chico, y desperezándome todo lo larga que soy hasta dejar mis brazos caer, VENCIDOS, al otro lado de sus piernas.

M me acaricia ahora la nuca, el cuello, baja sobre mi camiseta de algodón… Llega a mi zona lumbar, que ha quedado al aire por la postura, e introduce ahora su mano por dentro, para acariciarme la espalda, arriba, abajo, DESPACIO, hacia los lados, rozando y rodeando mis tetas… incluso me pellizca un pezón, que me hace dar un pequeño respingo… M increpa al árbitro. Luego, sigue acariciándome.

Yo estoy tan absolutamente absorta y relajada, que he decidido ENTREGARME… a M y al placer de RECIBIR todas las caricias que él quiera darme. Ahora está en mi cintura, y pasa la mano completamente abierta hacia mis nalgas, por debajo del pantalón. Decide bajármelo de un TIRÓN, junto con las bragas. Al ser la goma elástica, no oponen ninguna resistencia… y yo desde luego, tampoco. No pienso moverme, y además quiero que disfrute de esa VISIÓN que sé que tanto le gusta: de rodillas en la alfombra, con el culo al aire y mi tronco apoyado en sus rodillas… Sonrío para mis adentros, porque sé que hasta podría competir con la propia Champions, así.


El partido continúa, así como el mal juego del equipo. Lo sé porque a pesar de tener los ojos cerrados, siento la TENSIÓN con la que ahora M me agarra el culo. Por suerte, su mano se relaja y recorre despacito toda la superficie hasta acabar en la raja de mi coño. Vuelvo a dar otro respingo. Estoy tan excitada, que ya se me está haciendo INSUFRIBLE tanta lentitud, así que intento moverme un poco para que sus dedos se cuelen dentro. M retira su mano, mientras yo interiormente le maldigo. Ahora ha vuelto a acariciar mi espalda, dulcemente, por debajo de la camiseta y yo sinceramente, desespero. Pero no me muevo ni un ápice de donde estoy. La RECOMPENSA llega en forma de unos dedos traviesos manoseándome las tetas, amasándolas contra sus rodillas a través de la tela y jugueteando con mis pezones, retorciéndolos con suavidad.

Noto cómo un hilito de jugo húmedo empieza a escaparse por entre mis muslos, anunciando que mi coño ya no quiere esperar más. Al juntar mis piernas para restregarme, recibo un AZOTE inesperado, y esa misma mano me OBLIGA firmemente ahora a dejarlas separadas aún más... la misma mano que, a continuación, me coge bien el coño y empieza un vigoroso movimiento sobre mi clítoris. ¡¡Dios… es para morirse de gusto!! Y MAS, cuando la otra mano, al fin aparece en escena para seguir acariciando mi pelo, o mi cara, o para invitarme a CHUPAR alguno de sus dedos… y más aún, cuando siento cómo algo se endurece y se YERGUE entre las piernas de M, a la altura donde tengo apoyado mi pecho.

-“¡¡Vamos, vamos…, así!!” - repite M con entusiasmo.

Yo me RETUERZO de placer meciéndome de un lado a otro entre sus manos. Lo que no estoy segura es de si su comentario iba por mí, o por el delantero que acababa de robar un balón. Y como comprenderéis, me da absolutamente lo mismo, porque yo SOLO quiero seguir sintiendo su antebrazo pegado a mi culo, con sus benditos dedos FOLLÁNDOME el coño sin parar, y su otra mando meneándome de un lado a otro, casi con violencia, mientras yo jadeo y jadeo como una zorra, DELEITÁNDOME ya con el pedazo de orgasmo que estoy a punto de conseguir…
... y M lo SABE.

Quizá por eso, de pronto se para en seco, el muy CABRÓN… retira su mano y empieza a darme suaves PALMADITAS en mi coño, abierto, profundo, empapado y ardiente de deseo.

-“Uy, perdón… ¿querías correrte ya, cariño?” – la voz de M suena intencionadamente burlona – “Sabes que NO puedo dejar que lo hagas… sería muy feo por tu parte no esperarme... Además, quiero terminar de ver el partido.”

Yo lo MATO, os lo juro... ¡¡pero cómo se atreve a dejarme ASÍ!!

Pero mi instinto criminal se esfuma cuando vuelve a la carga para que mi deseo no se enfríe ni una pizca, y yo finalmente me RESIGNO a pasarme no sé cuánto tiempo más aún, caliente como una puta, lubricando encima de las hábiles manos de mi chico, y en la misma postura INDECENTE totalmente a su disposición.

De fondo se escucha al locutor y yo me esfuerzo más que nunca por entender algo así como que “fulanito está intentando zafarse por la banda derecha en una última ofensiva, a falta tan sólo de… 7 minutos para pitar el final de encuentro.” Siete minutos “tan solo” dice, el cabrón del comentarista. ¡¡Si supiera que para mí ahora eso me parecen 7 AÑOS…!!!

No creo que pueda esperar tanto. Las caricias de M ganan en INTENSIDAD y sus dedos juguetones entran y salen de mi coño INUNDADO, para pasearse a su antojo y extender toda mi humedad desde el clítoris a mi ano. Noto su polla apuntando a mis tetas debajo de la camiseta, más dura que nunca. Jadeo y me retuerzo de nuevo sin parar, FRENÉTICA, enloquecida, fuera de mí, acumulando fuerzas y tensión que descargar en cuanto oiga ese deseado “¡Fin del partido!” que parece no llegar ¡¡NUNCA!!

... pero sí, SÍ LLEGA, y el árbitro hace sonar su pito tres veces al fin. Yo aúllo de placer como una poseída, mordiendo un cojín para SOFOCAR mis gritos ante el vecindario, mientras pierdo la noción de cuántas veces me estoy corriendo, una detrás de otra. Joder, ha sido un multiorgasmo brutal. Y ni siquiera me he repuesto aún, cuando M me deposita con cuidado en el sofá y con su preciosa polla en la mano, me susurra al oído:

-“Hoy te follaré de ESA manera… así que ve a por lo necesario”

Aunque ni él es mi dueño, ni yo le pertenezco más allá del inmenso amor que nos profesamos, confieso que en el fondo, me ENCANTA cuando toma las riendas y se comporta conmigo como EL PUTO AMOaunque sea simplemente, para darme a probar alguna vez de mi PROPIA medicina.

Así que me levanto, obediente, y sonrío, triunfal, satisfecha, EMBRIAGADA de placer... y le beso, agradecida, amantísima, mientras voy a por un par de juguetes y pienso en todo lo que va a dar AÚN de sí una aburrida tarde de DOMINGO.

Pensándolo bien, quizás sea buena idea abonarse al satélite, si ponen partidos como estos todos los días.

Para mi marido M y para todas vuestras parejas.
Por vernos sexys más allá de un chándal, por sacrificar un partido de liga, o por luchar para que el amor y el morbo nunca lleguen a estar reñidos.
¡¡¡FELIZ y HOGAREÑO 2009!!!