jueves, 30 de abril de 2009

PANDORA

Ella me ofreció lo que MÁS deseaba en el mundo... incondicionalmente, aun casi sin conocerme. Y quizás por eso mismo yo lo acepté totalmente confiada, sin saber que con ello -como PANDORA lo hizo al abrir su caja-, acabaría desatando las fuerzas más apasionadas de mi universo interior, aquel inolvidable lunes de abril.


Ella me brindó la oportunidad de conocerle, de desearle... y ÉL, con el encuentro, la ocasión de rendirnos delicadamente ante la brutal evidencia de una sensualidad inconmensurable. Y a través de él llegué a ELLA, de nuevo, de donde nunca me quise ir, como si estuviéramos destinados juntos a entendernos de una forma tan natural y perfecta, como el círculo perfilado limpiamente queda encerrado en la línea al final de su trayectoria.

Y hoy, como Pandora, me dejo engullir inquieta y rebosante de pasión, en un frenético huracán de sensaciones, de pieles erizadas, de pálpitos continuos… GOZANDO con los ojos cerrados y bien abiertos los sentidos, de la verdadera ESENCIA del DESEO puro, sutil, infinito, que nace en lo más hondo de mis entrañas, para sacudirlas cada día, con su sola imagen en mi mente… con sus palabras, cuidadosamente insinuadas en mi oído… con su presencia inminente, con su ansia tan carnal como compartida, y mis ganas por acrecentarla aún más… SU de ellos, MI de mío… NUESTRO todo ya.

Puede que de seguir así, Pandora enloquezca o muera al encontrarnos frente a frente en la desbordante tormenta que se avecina, tan febril como anunciada, de pasión y lujuria desmedida. Pero si debo morir… sé que será únicamente el más exquisito y rotundo PLACER, quien definitivamente acabe conmigo.

Para M y JC.
Por el increíble vendaval que desatamos juntos.

viernes, 3 de abril de 2009

MIÉNTEME


MIENTES, y lo sé.

Mientes,
cuando dices que ya no recuerdas aquellos días…
mientras tu mirada lasciva me recorre FURTIVAMENTE de pies a cabeza.

Mientes,
cuando dices que mi voz cadenciosa ya no te atrae…
mientras tu nuca despierta erizada al susurrarte MALDADES al oído.

Mientes,
al decir que olvidaste mi PERFUME
cuando te noto deleitarte secretamente con su aroma en mi cuello.

Mientes,
cuando dices que borraste mis labios de tu memoria,
mientras ENTREGAS tus ojos para buscar mis besos con premura.

Mientes,
cuando dices que mis caricias ya no te alteran,
mientras tu polla encabritada APUNTA descaradamente hacia mí.

Mientes,
cuando dices que conseguiste olvidarme…
mientras te FUNDES jadeando, caliente, loco, desesperado, dentro de mí.

Mientes.
Y creo que jamás me DIVERTÍ tanto,
como oyéndote a mi lado, mintiéndome así.

Para J.
Por las mentiras que conformarán siempre nuestra realidad.