
Ella me brindó la oportunidad de conocerle, de desearle... y ÉL, con el encuentro, la ocasión de rendirnos delicadamente ante la brutal evidencia de una sensualidad inconmensurable. Y a través de él llegué a ELLA, de nuevo, de donde nunca me quise ir, como si estuviéramos destinados juntos a entendernos de una forma tan natural y perfecta, como el círculo perfilado limpiamente queda encerrado en la línea al final de su trayectoria.
Y hoy, como Pandora, me dejo engullir inquieta y rebosante de pasión, en un frenético huracán de sensaciones, de pieles erizadas, de pálpitos continuos… GOZANDO con los ojos cerrados y bien abiertos los sentidos, de la verdadera ESENCIA del DESEO puro, sutil, infinito, que nace en lo más hondo de mis entrañas, para sacudirlas cada día, con su sola imagen en mi mente… con sus palabras, cuidadosamente insinuadas en mi oído… con su presencia inminente, con su ansia tan carnal como compartida, y mis ganas por acrecentarla aún más… SU de ellos, MI de mío… NUESTRO todo ya.
Puede que de seguir así, Pandora enloquezca o muera al encontrarnos frente a frente en la desbordante tormenta que se avecina, tan febril como anunciada, de pasión y lujuria desmedida. Pero si debo morir… sé que será únicamente el más exquisito y rotundo PLACER, quien definitivamente acabe conmigo.
Para M y JC.
Por el increíble vendaval que desatamos juntos.